domingo, 11 de marzo de 2012

Historias de Campamento, Historias de Vida (parte 3)

Twitter: @joselomacias

Parte 3 de 3

El Ñe de Meztitla 

No se vayan a reír de la siguiente historia, pero esta anécdota no es mía, es del gordito y su patrulla, decía Andrés. El frio de la noche provocaba que el fuego de la hoguera en donde estaban reunidos se tambaleara. Mónica los miro con celo y exigió --- ¡Ya no le des más vueltas y comienza! --- 

Como bien saben en Meztitla, o mejor dicho en Tepoztlán Morelos, se cuentan muchas leyendas, cuentos o relatos. Hace uno que otro año, en la sección en la que yo estoy de dirigente “La Tropa” vino de visita y cuando las actividades del día sábado terminaron el relato tomo voz y forma. 


En la tienda de campaña de “Los Antílopes” dormían todos tranquilamente. Se escuchaban el suave ruido del viento, aderezado por los ronquidos del gordito. Todo normal hasta que se escucharon unos pasos que despertaron a uno de los pequeños… 

--- ¡Né! …. ¡Ñe! --- se escuchaba a lo lejos pero a la vez cada vez más cerca, las voces y los pasos se oían cada vez más cerca , un asustado Lalo trataba de despertar a José Luis, pero este solo respondía con ronquidos. 



De pronto cuando las voces se oían mas cerca, el que roncaba despertó y de malas contesto --- ¡Ya déjame dormir! --- al escuchar los pasos y los gemidos, todos los que estaban en esa tienda se veían esperando que pasara algo. Se escucho un último gemido y un golpe seco contra el piso. Se abrió el cierre de la tienda y José Luis pregunto --- ¿Estás bien ponchito? ¡Toño que pasado! Jajajaja --- Lalo y los demás se vieron extrañados. 

De vuelta a la laguna de Presa del Llano, el frio comenzó a disiparse. La temperatura aumentaba, el fuego de la hoguera crecía dramáticamente, las llamas estaban por alcanzar arboles cercanos. El agua burbujeaba como si estuviera en hervor. El cielo se pinto de un color anaranjado a pesar de que era casi la media noche. El viento chillaba a cada momento como si alguien muriera a cada instante. Un aullido desgarrador se escucho. 

El bosque de Presa del Llano protege una laguna en forma de gota invertida. Nuestros personajes se hallaban en un recodo de aquel paraje. Que se encuentra muy cerca de la entrada del lugar. 



La hoguera estaba a punto de consumirse. Los leños que se habían previsto se habían agotado. El agua ya no hervía, en ese momento a lo lejos se vio una llama que volvió la noche en día. Mónica grito --- ¡Lucifer! ¿Eres tú? --- De entre los matorrales salió un bella muchacha vestida de uniforme scout que sonrió al verlos, simplemente les dijo --- Si querida; Ale alias Lucifer llego. ¿Qué tal mi entrada? ¡No se espanten! ¿Qué me perdí? --- Los demás sonrieron. 

Nuevamente nos tele transportamos al lugar de acampado por excelencia de la Asociación de Scouts de México. El parque Meztitla y los alrededores del pueblo donde se ubica son llenos de leyendas. Si bien Tepoztlán Morelos es famoso por su magia que se respira y se vive. Este lugar enclavado en las faldas del cerro “El dado” no podía ser la excepción. 

Hace muchos, muchos años cuando el pueblo no era más que unas dos o tres casas; los sacerdotes eran quienes tenían el mayor poder sobre los pobladores. Si bien el movimiento scout no tiene ninguna inclinación hacia determinada religión, se manejan velas o antorchas para determinadas ceremonias. 

Cuentan los pobladores que los primeros grupos que venían de paseo al parque sufrieron ataques encabezados por los enviados de dios, debido a que estos decían que los que portan pañoleta practicaban ritos satánicos. Si bien son mentiras. Esto fue solo el principio de muchas leyendas. Ya que un pequeño que sobrevivió a ese ataque, permanece en espíritu guiando a aquellos scouts que pierden el rumbo de cómo llegar a Meztitla. 

Ahora bien, muchos años después unos pequeños jugueteaban en las faldas del “Dado”, entre broma y broma los pequeños decidieron subir en la parte alta, dónde se encuentran dos rocas monumentales que le dan nombre a este lugar. 

Uno de los valientes que subieron, solía jugar con canicas. Mismas que cuidaba con un esmero pocas veces visto. Entre juego y juego uno de sus amigos un poco mayor no se fijo y una de las bolitas cayo justo en medio de ambas piedras. 



Haciéndose de palabras, tratando de sacar un culpable el dueño de las canicas decidió que iría por ella. Su amigo trato de detenerlo pero forcejearon y uno de ellos resbalo. Al caer sobre las piedras su cuerpo quedo muy mal herido. Su rostro lleno de sangre, gritando de dolor se volteo con el otro niño y grito --- ¡Quiero seguir jugando! --- No termino de decir aquello cuando la hoz de la muerte se lo llevo consigo. 

Se dice que si un lobato o una pequeña gacela, la sección para niños o niñas menores a 11 años, deambulan por los parajes de este lugar es factible que se lo encuentren. “El niño de las canicas” que lo único que quiere es invitarlos a jugar, muchos inocentes que han jugado con él han muerto a las faldas del dado. 

Justo en el momento en que Mónica termino de contar la historia observo con cuidado a Andrés y Alejandra. Ninguno decía nada, parecía que pensaban su respuesta en ese momento una canica apareció rodando por el pasto. 

Todos salieron corriendo. 

Si bien esta historia se está volviendo larga, y si esta larga se volvió historia. No olvides que salir al campo tiene sus riesgos, pero en el campo disfruta lo que ves. Más no confíes en los desconocidos. No vayas a ser tú el próximo protagonistas de alguna “Historia de Campamento”, cuídate y que las estrellas cuiden de ti. 

PD: Las historias presentadas con anterioridad son relatos ocurridos a los participantes del movimiento scout. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.



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