domingo, 11 de marzo de 2012

Historias de Campamento, Historias de Vida (parte 2)

Twitter: @joselomacias

Parte 2 de 3

La Mariposa de Izpapalotl 

La muerte siempre ha tenido múltiples interpretaciones, la vida después de ella muchas formas de interpretarse pero lo que paso en el clan del grupo 320 de Cuauhtémoc es simplemente digno de compartirse. El cáncer es una enfermedad abrasiva, es un mal que te quita minuto a minuto la esperanza de seguir viviendo, pero cada día que no hay molestias lo celebras por lo alto, pero… si tu tratamiento es tan fuerte que muchos prefieren morir para dejar su sufrimiento. La historia que estamos por conocer es tan conmovedora que pocos creen que hay una joven que cuida a sus amigas desde el cielo. 

Hace uno cuantos ayeres, no recuerdo cuantos dice Mónica, una de sus amigas les hizo una confesión a todo el grupo de amigas del clan de Izpapalotl. --- ¡Tengo cáncer! ¡Ya no voy a seguir con el tratamiento! --- Esas palabras siguen taladrando los oídos de Mónica, alias “Hamal”, primero porque era su amiga de muchos años, aunque trataron de convencerla de lo contrario ella solo se limito a responder --- La lucha se la di por muchos años, pero llega un momento en que uno prefiere dejar las cosas en paz. Prefiero vivir feliz el poco o mucho tiempo que me quede, que quedarme atada a una cama no se cuanto tiempo. --- Cuando el resto de los presentes en aquella fogata escucharon él porque, simplemente se les humedecieron los ojos.



Las llamas seguían alumbrado a los reunidos esa noche, pero por momentos parecía que se extinguiría por momentos. Bajo esa penumbra que aparecía y desaparecía Hamal continúo con su relato… No les miento tal parece que la enfermedad se apodero de ella no pasaron más de tres meses y parecía otra: demacrada, delgada casi sin chispa de vida por decirlo de alguna manera. Un día íbamos caminando por el centro cuando al ver la catedral, simple mente cayó desmayada. Al tratar de reanimarla una mariposa se poso en mi mano y cuando voló solo sentí mucha paz, me tranquilizo como no tienen idea. 

Paso muchos días hospitalizada, dándole una última batalla al maldito cáncer. Pero los doctores solo nos decían que a pesar de las mejorías que presentaba por días su destino ya estaba decidido. Aquella tarde el aire se sentía diferente. La vibra era de tristeza. Todas las claneras de Izpapalotl se hallaban reunidas con su amiga enferma, solo diciéndoles --- ¡Las quiero mucho! No olviden todo lo que vivimos. ¡Nunca olviden que a pesar de todo son amigas! Siempre estarán en mi corazón. --- Cuando Mónica le pidió que a no se esforzara, pero el resto de las amigas la aparto para entre todas despedirla. 

Sobre el cielo de la ciudad de México, se elevo una mariposa, mientras que en aquella cama de hospital solo se escuchaban llantos. Tiempo después en un campamento creo que era en Meztitla no recuerdo la verdad, empezamos a discutir por no sé qué tontería; de pronto vimos como una mariposa se poso en medio de nosotras. Con eso entendimos que a pesar de todo no podemos olvidar que somos amigas. 

Un trueno se escucho por todo lo alto, las colinas que protegían la laguna de Presa del Llano; Andrés se frotaba las manos buscando no morir de frio. Se volvían a escuchar el movimiento de hojas, unos cuantos perros salieron al claro chillando. Alejandra miro con cierto temor a Mónica, mientras esta veía al otro esperando que tomara el arma.



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