Capítulo 7: "El Dragón y El Lobo"
Después de haber pasado mas de dos lunas llenas y tres días de incertidumbre. Nuestros personajes estaban regados por decirlo de alguna manera tanto en Tepoztlán como en a Ciudad de México,
¿Que ocurrió la última noche que estuvieron juntos?
Tania y Diego, estaban paseando por un famoso parque de Insurgentes. Ella se veía con cierta tranquilidad en el rostro, pero en su mente seguía pesándole el no haber sido del todo sincera con su amado, si con su amado Diego. Mismo que desde que la conoció no pudo ver a otra mujer, el dice que en Tania lo tiene todo, confianza, amor y respeto. Cuando ambos llegaron al cruce de Sullivan, un brillo se vio justo a un costado del teléfono publico mas cercano.
En otra parte, la tristeza estaba en todo su apogeo. Archi estaba sentada en aquel rincón de su habitación. Su rostro denotaba la tristeza que la embragaba. --- ¿Por que me traicionaste? ¡Por que! Primero aquel y ahora tu. ¡Te odio! --- junto a ella estaba un pedazo de papel arrugado.
La puerta de aquella habitación se abrió, portando un ramo de flores apareció Amado, se acerco a la muchacha le toco el hombro, al verlo ella no supo que hacer, ni mucho como reaccionar. --- ¿Por que te fuiste? ¿No juraste que me protegerías? ¡Donde estuviste la primera vez! ¡Donde! --- Mirándose ambos a los ojos el muchacho trato de contestar, pero de sus labios no salía el mas mínimo sonido.
--- ¡Si tan solo pudieras escucharme! Yo nunca deje de pensar en ti, pero tuve que eligir callar para siempre. ¡Mi silencio es para protegerte! Si tan solo la conocieras, entenderías ... fue mas allá de mi mente y de mi control... --- pensó aquel muchacho, mientras la abraza, ella lloro en silencio.
Instantes después, comenzó a llover.
* DÍAS DESPUÉS*
Un auto azul eléctrico, recorría lentamente aquel camino de terracería. Al fondo de aquel paraje se veía una reja entreabierta que decía "Meztitla", lo único que se oía era el ruido del motor, así como el trinar de las aves. Unos perros aparecieron y ladraron con fuerza hacia aquel vehículo.
El sol de aquella mañana no mermaba la fría temperatura que se sentía. Una mujer protegida por unos lentes obscuros bajo la ventanilla, de su cuello pendía un dije, un dije en forma de dragón. Deteniendo el vehículo dijo --- ¿Y ahora que? Digo, acaso no respetas mis sagradas horas de sueño, que de por si son pocas. ¡Y tu levantándome a estas horas de la madrugada! --- el reloj del auto azul eléctrico mostraba que eran las 10:20 y de la mañana.
Aclarándose la garganta, José Luis contesto --- ¡La única razón por la que estamos aquí es por ti! ¿Acaso no querías terminar con uno de los insectos? ¿Seguimos? .... --- Sin como contestar Alejandra estaciono el auto justo detrás de una construcción color amarillo.
Mientras en "La Ciudad de la Esperanza", Montserrat estaba platicando con un abatido Andrés quien reflejaba que tenía mas de dos días de no conciliar bien el sueño. --- No entiendo que fue lo que paso. Mi secreto estaba enterrado, enterrado bajo llave y tres candados. Nadie podía saber que yo vi quien empujo a Marta por las escaleras.... ¡Un momento! Tu y Jesús sabían mi secreto. ¡Tu me traicionaste! ¡Perra Maldita! --- Al escuchar aquello, la joven dio por terminada la acción de grabar en su teléfono móvil. Segundos después apareció Jesús frotándose las manos.
Tomando una nieve, en aquellos parajes de Coacalco. Archi y Amado se veían frente a frente. El tenía entre sus manos una libreta donde escribía todo lo que pensaba, ella lo veía con cierta ternura. --- ¿Por que no puedes hablar? Si no quieres decirme esta bien, pero me gustaría poder ayudarte. --- Escribiendo en aquellas hojas el muchacho sintió un sudor frió que le recorrió todo el cuerpo...
Amado se levanto de aquella silla, trato de jalar aire, sentía que la tráquea se le cerraba. Un ardor en la espalda, lo hizo gritar de dolor. Pero de su boca no salio ningún sonido. Los dos tatuajes que tenía en la espalda, una cabeza de dragón y una cabeza de lobo le ardían. De pronto cayo desmayado.
Asustada, sin saber que hacer o como ayudarlo Archi trato de reanimarlo pero sin éxito, intentó darle respiración boca a boca, pero en ese instante un dolor de cabeza le nublo la vista. Haciéndola caer a su lado, en una pose muy Shakespiriana. Los curiosos llamaron a los servicios de emergencia.
En aquella cueva, donde todo empezó y donde todo se ha gestado. Alejandra estaba inclinada frente a aquel ídolo, XTABAY, la mujer sensual que atrae a los hombres, tras de ella estaba José Luis prendiéndole fuego a la efigie de Taj Nojoch, el pequeño cheneque que atendía a la diosa.
Junto a la diosa estaba la estatuilla de KAKUPAKAT, dios de la guerra, bajo de este estaba la piel de un lobo negro. De pronto se escucho un trueno, el dia se volvio noche. Un viento frio recorrió aquella cueva, apagando las velas por completo. Ambos muchachos voltearon a la entrada, con el reflejo de aquella luna apareció la silueta de un hombre.
El anillo engarzado con la perla negra estaba en las manos Hamal, el brillo que tenia aquella noche era distinto. Lo admiraba con ciega fe, pero no noto que en el espejo de noche de su habitación aparecieron un lobo y un dragón. El cristo que colgaba de su habitación cayo, rompiéndose al caer.
Hamal no escucho, lo que había sucedido. Ya que estaba buscando su celular, según ella lo había dejado en su mochila. Al vaciarla no encontró nada, mas que su vieja gabardina negra.
