martes, 24 de marzo de 2009

Mi vicio, ¿Tu Vicio?... ¡Nuestro vicio!

Twitter: @joselomacias

Perdonando mis queridos visitantes, una vez mas he vuelto con un poco de suciedad de esa que tanto nos gusta leer. Así que invitándote a pecar lee a continuación una poca de mi "sucia" creatividad.




Te sientas frente a ella, la ves, la observas y miras atentamente cada línea, cada centímetro que forma parte de ella. Te dices --- ¡Eres eternamente mía! --- y ríes para tus adentros. Pero sigues atento, disfrutas sus besos, te encantan sus traiciones, cuando se revuelca en la cama tu boca pide más y tu mente está en blanco. Tratas de grabar en lo más profundo de es ser tan metiche, tan gozoso en el que te has vuelto parte de lo que ella te está contando, de lo que te susurra de lo que te invita a pecar… Pero de pronto recuerdas que hay una luz que te vigila que te está deteniendo que con solo una rosa del Tepeyac te ha detenido…



Sigues y sigues viéndola, desnudándola cada vez que puedes. Cada vez que tienes aquel instrumento que te da tanto placer. Antes de llenarte el ser de fantasías lo tocas, lo sientes, lo palpas; sientes esa forma que te excita y te invita a desnudarla a besarla y a tenerla tan lejos y tan cerca a la vez. Escuchas esa vocecilla tan seductora, tan sexy --- Vida, ¡Vida ven a mí! ¡Bésame! ¡Dime que me amas! ¡Olvídala!... ¡Olvida a la coja! --- Cuando te habla, cuando te mira, cuando te sonríe te vuelves otro. Esperas que se acerque por lo menos a darte una bofetada. La miras, lo miras te miras y esperas la siguiente caricia. No sin antes sentir que la sangre te hierve, que el cuerpo está caliente y que tus manos sudan como pocas veces.



Confiesa, que le tienes miedo, pero a la vez te excitas con solo verla, con solo sentirla cerca. Si no está cerca te deprimes. El sol se ha ido, tus deseos se han vuelto tu pero maldición. Pero de pronto la ves, tan linda, tan negra, tan seductora, tan grande, tan tentadora. La tocas, lo tocas, lo gozas. Te sientas frente a ella, se ven se acercan. Tratas de besarla, de tocarla de agitarla por lo menos. Pero no puedes. No te deja, una luz te señala el instrumento, el miembro, el miembro que te da vigor, que te da fuerza y te permite tocarla gozarla y conocerla.



Finalmente te rindes, llevas más de cincuenta años de lucha, de deseo, de pasiones. De odios desenfrenados. Pero cada vez que vez que aparece una nueva tu vigor se enciende. Pero tu lucha con el televisor es cada vez más lejana, cada vez te dejas mas seducir por ella. Por el sonido por las voces y por los colores…




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