viernes, 11 de mayo de 2018

Un brindis al cielo hoy y siempre

@joselomacias

En este día para todos especial, para algunos de celebración y para otros como es mi caso de reflexionar. De reflexionar que desde aquel cielo que todo lo ve hay dos mujeres que me enseñaron lo poco o lo mucho que soy en estos treinta y unos meses más de vida. 

Mamá, mi corazón te llama, no te olvida y te extraña.
Espero algún día poder tenerte de nuevo y
darte el beso de las buenas noches como lo hacía antes.

En este día en que Doña Luz, mi abuela, esta de cumpleaños y mi madre de celebración les quiero dedicar un brindis al cielo por que es por ellas que mi vida ha sido llena de buenos momentos y de una familia que desde niño me ha enseñado a ver la vida como un reto constante a superar. 

Levanto la copa y miro al cielo, a ambas les digo hoy y siempre. 

¡Gracias! Por permitirme llegar a su vida. 
Por amarme y llenarme el alma con sus mimos y enseñanzas.
Pero sobretodo... gracias por nunca dejarme caer

Hay días en que la tristeza me invade, como bien saben, queriendo mandar todo al demonio y olvidarme de lo más importante, vivir... Pero recuerdo sus sonrisas y sus consejos y esas ganas de llorar se desvanecen como la lluvia al dejar de caer. 

Mamita, gracias por darme lo que nunca nadie más podrá hacerlo.
Ese amor sincero, ese apoyo incondicional
y el haberme perdonado todas las faltas que te hice te hacen grande mamá.

Ustedes, queridas mías, conocen lo profundo de mi alma y los dolores que me han hecho caer y sentirme morir... Si madre, dije morir, por que como siempre me dijiste me gusta ser un poco dramático pero en ocasiones los retos de la vida me han llevado a casi rendirme y olvidarme de todo. 

En este camino tan tortuoso como maravilloso, agradezco a la vida haberlas conocido, haberlas amado y sobretodo haber aprendido un poco de lo grandes que son y serán para siempre. Por que aunque la distancia sigo aprendiendo de ustedes. Y ese es un tesoro que vale la vida misma. 

Aunque de mis ojos caen una, dos o tres lagrimas. Confieso que pueden ser de tristeza pero saben. No niego que mi corazón las extrañara siempre, pero se que desde dónde están juntos levantamos un copa hoy y siempre brindando por la vida y lo maravilloso de haberlas conocido. 

Tus palabras y consejos vivirán en mí, y cada noche las recordaré para soñar contigo



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