Todos tus consejos he merecido,terco aveces no los agarraba,
pero sirvió para haber crecido
Eres ser entre pocos bendecido, la dadora de vida, la maternal;
gracias mamá, yo por ti he vivido.
Un año más en los libros. Un año más en que tú y yo no nos vemos. No hay día en que no te recuerde, no te extrañe y sobretodo no deje de quererte y recordar lo mucho que me encantaba convivir contigo mi querida gran señora.
Cómo bien me conoces madre querida, hay días en que la tristeza quiere dominarme, pero recuerdo tus consejos ya que siempre con tu mirada y con tus acciones me enseñaste a ver que a pesar de todo tengo que afrontar los retos que la vida me imponga sea por las buenas o por las malas.
En ese viento que tanto anhelabas conocer, se que mis problemas y tristezas escuchas, y también en este es como escucho tus consejos tan sabios como verdaderos para afrontar mis adversidades.
Allá arriba entre las estrellas,
a alguien que me quiso con todas sus fuerzas,
a alguien que nunca olvidaré.
Es difícil, en ciertos días, ver el vuelo de las aves y no sentirme triste por que no estas junto a mi para admirarlas juntos. Pero a la vez ... esto ... se vuelve una manera de estar cerca, como antes, como siempre estaremos.
Han pasado ya varias vueltas ... mi mente y corazón han aprendido quizás pocas o quizás muchas cosas. Pero sabes ... siempre tengo presente tu consejo, ese tan especial como único, tan cómo tu querida Luchis, aunque los problemas sean complicados hay que tener la mente concentrada y los sentimientos alineados para saberlos afrontar.
Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza.
Friedrich Nietzsche