Ya tu me querías sin haber nacido,
perdona si te herí en la vida,
me rindo ante ti madre querida,
de parirme vivo agradecido.
Hoy aunque desde el firmamento más lindo y más azul guías mis pasos ... te extraño. Extraño sentir tu abrazo fraterno, tu abrazo de apoyo, un tierno beso que siempre me hacía sentir que todo estaría bien pero quizá lo que más extraño, tus consejos, tan atinados que siempre me hacían ver que no por más pesado que pareciera el problema la solución siempre se encuentra.
Los días han pasado, los meses y ya un par de años ... la frase que me rompió el corazón por la fuerza y amor que sentí al escucharlas que con el paso de los años se han vuelto mi apoyo.
Esa frase tan tuya como tan mía ... se ha vuelto mi bastión para comprender que el amor evoluciona, el cariño nos deja marcas y tu mi querida madre me has marcado para siempre que pase lo que pase estas conmigo.
Como sabes ... y como te he contado las veces que el viento y yo hemos conversado desde la última vez que cruzamos miradas sabía que había un cambio para ambos.
Nuestros caminos se separaron ... de este plano terrenal ... pero a la vez tú te volviste parte de mi alma y guía de mis pasos desde el cielo como el fénix que sale al amanecer.
¡Feliz cumpleaños madre querida!
Gracias por ser, por estar y amarme desde antes de conocernos y luchar por mi, Para hacerme el hombre que soy.
Hoy y siempre gracias por elegirme como tu hijo y dejarme como legado una hermosa familia que desde que levantaste el vuelo me ha llenado de cariño y apoyo.
Tus brazos siempre se abrían cuando quería un abrazo.
Tu corazón comprendía cuando necesitaba una amiga.
Tus ojos tiernos se endurecían cuando me hacia falta una lección.
Tu fuerza y tu amor me guiaron y me dieron alas para volar
Anónimo
